Sarcófagos de Karajía: apreciando la vida desde la muerte
Publicado el 31 mayo, 2012
Entre rocas calcáreas de diferentes colores, mirando a una inmensa quebrada, parecieran querer esconderse de los visitantes. Para llegar hasta ahí desde Chachapoyas, es necesario viajar 2 horas en coche y luego caminar unos 20 minutos. Sin embargo, el recorrido vale tanto la pena como los preincaicos sarcófagos de barro de 2 metros de altura, símbolo de la importante cultura Chachapoyas.
El paseo comienza desde la ciudad de Chachapoyas por serpenteantes caminos que descienden la barranca hasta el Río Utcubamba. Luego de cruzarlo, comienza la subida por la sierra de enfrente hasta el simpático pueblo de Luya. A unos 2300 metros de altura, este tradicional poblado de casas de adobe y techos de tejas, da una sobria bienvenida. Sin ningún objetivo ni desarrollo turístico, la plaza de Luya luce una simple pero hermosa iglesia también construida de barro.
Luego del cambio de carro y la correspondiente espera para que se llene, continúa el recorrido en subida, bordeando pequeños bosques de eucaliptos que deleitan el olfato de hasta el más distraído. Las ovejas pastan y las gallinas son libres, enseñando sus plumajes al sol. El huayno suena en la radio, musicalizando impecablemente la escena. Campos de cultivos de maíz, papa y habas completan el bello paisaje. Las casitas de adobe clarito, con tonos rojizos del pueblo de Cohechán, siguen siendo construidas en mingas, donde la comunidad se reúne para apoyar en el trabajo a los propietarios, ayudados por la ancestral chicha de maíz. El recorrido del taxi colectivo termina en Cruzpata, donde se paga la entrada a Karajía, patrimonio manejado por la comunidad.
Desde allí caminamos cerca de 20 minutos en bajada para encontrarnos con las tumbas milenarias decoradas con motivos geométricos. Aunque a simple vista no impresionan, el entorno las magnifica. Custodiando los cuerpos de importantes señores de la fuerte cultura Chachapoyas, que resistió como pocos el sometimiento del imperio Inca, estas figuras miran al abismo, como vigilando la cotidianeidad de la vida. Tristemente, no pudieron evitar que las tumbas sean profanadas con anterioridad a su descubrimiento formal en 1984. Una pequeña cascada cae a pocos metros de los sarcófagos, completando la presencia de los cuatro elementos con el sol brillando.
Pasar un rato en este mágico lugar, contemplando los vestigios de este importante pueblo originario, nos dio energía para subir nuevamente hasta Cruzpata, cuando la lluvia se desataba.
Regresamos hasta Chachapoyas en la calma del atardecer, viendo el sol esconderse entre las sierras.
Karajía es un interesante lugar para visitar, teniendo en cuenta que los sarcófagos son solo la excusa para disfrutar de los paisajes de la zona. Un hermoso paseo de día completo desde Chachapoyas (ver nota Chachapoyas: el Perú escondido de la selva alta amazónica).
¿Cómo llegar?
Hay varias agencias que ofrecen el tour desde Chachapoyas. Si vas por tu cuenta, debes tomar una combi hasta Luya y desde allí un taxi colectivo a Cruzpata. Allí debes caminar cerca de 20 minutos en bajada. El regreso son unos 40 minutos de subida y el mismo trayecto a la inversa.
Algunos Datos
Entrada Sarcófagos de Karajía S/. 5
Combi Chachapoyas – Luya S/. 5 (1 hora)
Taxi colectivo Luya – Cruzpata S/. 6 (1 hora)
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Destinos Cercanos
– Catarata de Gocta: 770 metros de caída contemplativa
– Chachapoyas: el Perú escondido de la selva alta amazónica
– Leymebamba: cultura Chachapoya momificada