Salento: corazón cafetero de palmeras gigantes
Publicado el 24 febrero, 2012
Entre quebradas, ríos, cascadas y nacimientos de agua se encuentra el original pueblo de Salento, en el departamento de Quindio, el corazón del eje cafetero. Sus alrededores resaltan con verdes de todas las tonalidades, pues la tierra diversa de potreros, bosque y ríos, llenan el panorama de parches.
Su arquitectura típica antioqueña de bareque, madera y guadua pintadas en blanco, con retoques de colores, hacen que las calles cobren vida propia. Los caminos empedrados suben y bajan emparejados con el paisaje. Hay balcones altos donde sin querer, se escapan las sonrisas calidas de los locales mientras disfrutan la tarde.
Aunque el lugar se vende como “cafetero”, la zona ha ido cambiando la actividad poco a poco por la turística. Todavía existen fincas de café, donde se puede conocer el proceso de producción y cosecha de la bebida que identifica a Colombia. Una de ellas es la de Don Elías, quién además de abrirse al turismo mantiene sus cultivos orgánicamente. También se puede disfrutar de una buena taza de tinto (café) en los salones y cafeterías del centro.
Un platillo estelar en la gastronomía de Salento es la trucha: frita, asada o al ajillo, que siempre se sirve sobre un patacón gigante. En la plaza, frente a la catedral, hay una señora que vende arepas de choclo, acompañadas de quesito ¡las mejores que probamos en Colombia! Los canelazos (té de canela con aguardiente antioqueño) y el agua panela con queso son de las bebidas calientes más pedidas en las tardes lluviosas. Otro descubrimiento gastronómico de Salento son los aborrajados (empanadas de maduro frito, rellenas de queso y manjar), que venden en la tiendita El Turista, frente al liceo.
Además de “pueblear” (caminar por las callecitas, probar los antojitos, visitar las tienditas de artesanías) hay otras actividades para los visitantes: cabalgatas, campismo, caminatas, agro ecoturismo cafetero. Incluso cualquier viaje en Willy (jeep de los 50´s) se convierte en un paseo original con hermosas vistas a las quebradas y suelos diversos.
Cascada Santa Rita
Recibimos la visita de Tomy y Clari, una adorable pareja de amigos argentinos que se unían a Viajero Sustentable cafetero. Fuimos caminando por la carretera desde Salento en dirección a Armenia, hasta llegar al río, donde doblamos a la derecha, siguiendo el camino a la cascada. Los 40 minutos del recorrido nos llevaron entre túneles, pastizales y un bosque, casi siempre a la orilla del río. Pájaros cantando, insectos galácticos y flores de colores nos acompañaron.
Entre charlas inspiradoras y preguntas curiosas llegamos a la cascada. Su altura no supera los 20 metros y parece estar metida en el rincón al final del camino. No esperes que la cascada sea lo mejor del paseo. Si está acalorado y eres ágil te puedes dar un chapuzón en la refrescante corriente. Después de un rato de contemplación, hicimos picnic en una cabañita que nos cubría de la lluvia que comenzaba.
Dimos tiempo a que la lluvia suavizara, pero sin éxito, salimos corriendo entre charcos y barriales hasta la carretera y tomamos una buseta para regresar al pueblo.
Valle de Cocora
Todos los días desde el centro de Salento salen willys que te llevan al famoso valle. Su característica principal son las elevadas palmeras de cera de hasta 60 metros de altura.
Nosotros fuimos caminando, pues creemos que en lugares tan turísticos la explotación de los caballos, excede su capacidad física. Si decides realizar el paseo a caballo, asegúrate que el animalito está en buenas condiciones.
Hay tres senderos diferentes a seguir, dependiendo del tiempo que tengas. El más largo dura 6 horas y te lleva a la cima de un cerro y una cascada. Otro que dura 4 horas rodea al parque pasando por el bosque de niebla. Y el último te lleva a una finca, donde puedes descansar con un tinto o un agua panela (incluidos en el boleto de entrada). El bosque de niebla juega un papel importante en el parque. Entre la niebla y las palmeras gigantes te sentirás como un pequeño duende caminando por el bosque.
La orilla del río y el mirador son buenos lugares para hacer una pausa y admirar los alrededores. En esta ocasión le ganamos a la lluvia y regresamos temprano al pueblo para dar una vueltita y comer algo.
La Serrana
Nos hospedamos en La Serrana a las afueras del pueblo (15 minutos caminando desde el centro), donde disfrutamos de la cocina, la sala de películas y un ambiente muy cálido.
El staff es amable y brinda información práctica para actividades, transporte y lugares aledaños. Aunque nos motivaba la idea de comer los orgánicos que producen en la finca, nos encontramos con un huertitito no muy productivo. Los lácteos son de granja y sus derivados como yogurt son hechos por las deliciosas manos de las cocineras locales del restaurante. Es lindo quedarse en las afueras, lejos del movimiento turístico y rodeado de naturaleza.
De los pueblos que hemos visitado desde México, éste fue sin duda un lindo descubrimiento. Su originalidad y encanto nos atraparon desde el inicio con una bienvenida neblinosa. ¡Un lugar hermoso para reencontrarse con la naturaleza!
¿Cómo llegar?
La ciudad más cercana a Salento es Armenia, capital del departamento de Quindio. Desde su terminal salen buses cada 30 minutos aproximadamente que te dejan en la plaza de Salento (1 hora). Si vienes desde el norte del eje cafetero (Pereira o Manizales), puedes tomar un bus en dirección a Armenia y bajarte en Las Flores, el desvío hacia Salento. Ahí puedes tomar las busetas que vienen desde Armenia y llegar en 20 minutos a Salento.
Algunos datos
La Serrana Hostal
Dormitorio $20.000 COP por persona (incluye desayuno)
Habitación doble con baño privado $60.000 COP (incluye desayuno)
www.laserrana.com.co
Valle de Cocora
Paseo a caballo: $20 000 COP
Jeep desde la plaza del centro de Salento, pregunta por los horarios.
Finca Don Elias (tour de café orgánico)
$3.000 COP
Información en hostal La Serrana.
Arepas de choclo en la plaza de Salento $1500 COP
Aborrajados en la tienda El Turista $1200 COP
Tinto $1000 COP
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