Comarca Kuna Yala: paraíso corrompido por el sistema capitalista
Publicado el 31 enero, 2012
Conocido también como archipiélago de San Blas, hospeda al grupo indígena panameño más reconocido a nivel mundial: los Kunas, quienes lucharon constantemente en contra de conquistadores españoles y con una revolución sangrienta en 1925, obtuvieron la autonomía de su territorio. Ganaron el título de 320,600 hectáreas de bosques montañosos en tierra firme, con más de 400 kilómetros de zona marina-costera y un extenso archipiélago.
Su economía se basa en varias actividades: producción de coco, pesca de langosta y tortuga, venta de artesanías, actividades turísticas, transporte de drogas y trabajos de servidumbre en la ciudad.
Con una influencia externa y un bombardeo consumista, la cultura Kuna se ha visto forzada a realizar constantes cambios. El pensamiento original de conservación al medio ambiente ha sido deteriorado por el afán de comercializar con los recursos marinos, sobre explotando la capacidad. Su posición geográfica los involucra en la ruta del narcotráfico que viene del país vecino y a su vez, los obliga a abrir las puertas a extranjeros que deseen cruzar hacia Colombia o viceversa, ya que es la única forma de cruzar el Tapón del Darién, sin avión. La introducción de productos comerciales (gaseosas, dulces, cerveza en lata, plásticos, etc.) genera cantidades enormes de basura que amenazan al ecosistema marino y su propia calidad de vida.
Anteriormente los Kunas eran populares por su conciencia ecológica y autosuficiencia. Dentro de su lenguaje no existía el concepto de dinero. Hoy en día utilizan la palabra “moni” del inglés “money” para actividades económicas y parece que cada vez se involucran más “en el sistema” y la mentalidad capitalista los invade. La ambición y necesidad los convirtió en excelentes comerciantes, negociantes y sacadores de dinero, sobre todo con el turista.
Prepárate para pagar impuesto para entrar al territorio ($6 US), impuesto por uso de embarcadero ($1 US), impuesto por visita a cada isla de playa ($2 US), más los servicios que utilices. Si sólo vas a pasear, tal vez lo mejor es contratar algún paquete que incluya los transportes, pues moverte de una isla a otra será más difícil de lo que crees (la gasolina es cara y siempre te van a querer cobrar más). Si sólo estás de paso y vas para la frontera lee la nota De Panamá a Colombia: la odisea para cruzar el tapón del Darién que contiene valiosa información.
La riqueza cultural del pueblo es transmitida de generación en generación a través de la mujer de la casa, quien sigue vistiendo de forma tradicional y hablando “kuna”. La mayoría de las mujeres, sobre todo las ancianas, no hablan español y son renuentes a los visitantes extranjeros. Su vestimenta es impecable: utilizan pulseras de chaquira en las piernas y brazos, que las mantienen delgadas (signo de belleza). Llevan una “mola”, blusa cosida a mano con un diseño de telas coloridas en capas, formando figuras de animales u objetos de la vida diaria (cangrejo, piña, kunas, etc.) Las molas también son vendidas individualmente para bolsas u otras artesanías. La dificultad en el tejido le da a la prenda un valor alto en el mercado. Son admiradas por su detalle, colorido y delicadeza.
Su estilo de vida es sencillo, la actividad de los hombres rota cada día. Algunos días van a tierra firme a trabajar en agricultura. Otros se dedican a la pesca. Las mujeres enfocadas al hogar, limpieza, cocina y educación de los niños. En sus tiempos libres cosen molas o arreglan sus pulseras. Los niños parecen jugar todo el día, cuando no están en la escuela. Los jóvenes en su mayoría, comienzan a involucrarse con la actividad turística.
Hay miles de contradicciones en el tema, mientras luchan por mantener intactas sus tradiciones y conocimientos ancestrales, no han podido resistir la influencia del comercialismo y sus consecuencias adversarias. Y no se trata de criticarlos, al final de cuentas lo que buscan es “vivir mejor”.
Turisteando en las islas
En comunidades tan frágiles como ésta, el impacto de un turista es enorme. No sólo a nivel ecológico. Culturalmente hay un choque muy fuerte. La mayoría de los kunas no están preparados para recibir a turistas y la mayoría de los turistas no saben viajar respetuosamente. Es inevitable la influencia e impacto negativo que el turismo genera. Mucho tiene que ver con la capacidad de carga (la cantidad de visitantes).
Nuestra experiencia fue muy fuerte. Teníamos la idea de compartir con los kunas unos días, mientras cruzábamos hacia Colombia. La idea romántica de estar en una comunidad “autosuficiente” e independiente nos enamoró.
Dormimos 2 noches en la isla Carti Yantupu donde viven unas 100 personas. Las casas tienen forma redonda y están construidas con palma. Entre cada una, hay pequeños pasillos que cruzan la isla. La construcción original es muy particular y le da unidad e identidad a las islas. Ésta isla, al igual que muchas otras, sólo tiene viviendas, sin playa. Hay islas destinadas para ir a nadar, que no tienen vivienda, sólo playa y su principal atractivo es realizar un tour de snorkel. Algunos dicen que las playas más hermosas que han visto en su vida.
La actividad en el día es poca, se pueden ver a las mujeres sentadas bajo la luz cosiendo y los niños jugando.
No habíamos contratado ningún paquete, así que, cualquier movimiento o plan requeriría un pago extra (ejemplo: transporte a alguna isla de playa U$10 por persona mínimo, dependiendo la distancia). Creímos que estaríamos bien de quedarnos en la isla, pero al ver que la comunidad es un poco cerrada, nos sentimos atrapados.
Conseguimos una lacha que supuestamente nos llevaría a la frontera: Puerto Obaldía. Hicimos un recorrido de 6 horas en lancha rápida y tuvimos que quedarnos en Caledonia (la última isla antes de Puerto Obaldía), porque el capitán ya no quiso seguir. Parecía que tenían planeado nos quedáramos esa noche en el hostal de la isla. Sin mucha opción nos instalamos en el austero lugar y salimos a conseguir otra lancha que nos llevara al siguiente día. Estuvimos dando vueltas, contactando, hablando con la gente y sólo encontramos una opción: un cayuco con motor de 15 caballos de fuerza. El capitán de la lancha rápida nos quería cobrar el doble por un trayecto menor al que habíamos hecho ese día.
Caledonia es una isla más grande que Carti Yantupu y tiene un mejor aspecto con más espacio entre las casas. Olvidando que te ven cara de billete, la gente es amable. A los niños no les gusta que les tomes fotos, pero siempre están dispuestos a jugar contigo. Hay un indígena que ofrece tours a su isla (15 minutos en cayuco) y cobra 5 dólares por el paseo (pueden ir hasta 5 persona)… ¡sí sólo U$5 por todos! Una contradicción más para la historia, supongo que así empiezan todos los que entran al negocio del turismo.
Al siguiente día nos embarcamos en el cayuco con mucho esfuerzo para no voltearnos. La marea estaba tranquila, pero con tanto peso y la poca potencia del motor, se movía todo. Luchábamos con el equilibrio para no marearnos ni caernos. Íbamos muy lento y nos mojamos bastante.
Tras 2 horas de viaje (que en lancha rápida se tarda 30 minutos), llegamos a Puerto Obaldía y dejamos la odisea Kuna Yala atrás, ¡por fin!
La inocencia de los niños desnudos en las calles, la seguridad, la austeridad, las casas de palma, la transparencia de una india vestida, el mar, los cayucos, los visitantes, los barcos cargueros que se estacionan en los muelles, el coral, los atardeceres, las hermosas playas, las molas, el idioma y mucho más son factores que seducen y uno, como turista, quiere vivir. Más allá de lo que vimos y vivimos, no volvería al lugar. Mi recomendación a los visitantes es que contraten un tour y así aseguran el plan. A los que estén sólo de paso, vayan directo desde Carti a Caledonia, duerman ahí y sigan al siguiente día. O traten de conseguir una lancha que vaya directo a Puerto Obaldía (ver la nota De Panamá a Colombia: la odisea para cruzar el tapón del Darién).
Una experiencia enriquecedora, cansadora y muy dura. Lleguen con las pilas cargadas, mucha paciencia y preparados para cualquier cosa.
¿Cómo llegar?
Desde la ciudad de Panamá, la única forma de llegar es en taxi 4×4 que te recoge donde le indiques y te deja en el puerto de Carti. De ahí hay lanchas que te llevan a la isla de tu preferencia o si contrataste tour, ahí sería el punto de encuentro.
Algunos datos
Taxi (4×4) Ciudad de Panamá – Carti U$25 por persona
Lancha Carti – Caledonia U$60 por persona (6 horas con motor de 200 caballos)
Lancha Caledonia – Puerto Obaldía U$12 por persona (motor de 15 caballos)
Hospedaje Caledonia
U$5 Hamaca / U$3 camping
Hospedaje Carti Yantupu
U$50 Incluye: comidas, equipo de snorkel y visita a una isla de playa
Tours a Kuna Yala
www.pecaritours.com
www.thedariengapster.com
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