Maya Mountain Research Farm: agroecoturismo en una granja tropical
Publicado el 20 agosto, 2011
El MMRF es un centro de permacultura que desde hace más de 22 años trabaja en la creación de un paraíso tropical comestible. Con conceptos de sistemas agroforestales, imitan los patrones de un bosque tropical, pero con árboles y plantas que dan alimentos, leña y madera para construir. El Maya Mountain Research Farm ofrece un programa de voluntarios para personas interesadas en aprender un poco sobre estos temas y a la vez pasar unos días en contacto con la naturaleza. Cabe aclarar que aunque formalmente se presenta como voluntariado, es un programa para cualquier viajero interesado en conocer otras formas de vida, compartir con los locales y otros viajeros del mundo, así como disfrutar de la impresionante naturaleza de este bosque tropical.
Llegando
Decidimos pasar una semana en este lugar para conocer sus sistemas y colaborar con el proyecto. Desde Hopkins tomamos un autobús hasta “The Dump”, el cruce de la carretera que lleva a San Pedro Columbia, en el Distrito de Toledo. Desde allí, pedimos aventón a la aldea Maya Kek’chi, donde abordamos un dorie (canoa de madera hecha con un tronco ahuecado). Después de media hora de camino contracorriente por el Río Grande, llegamos al Maya Mountain Research Farm. Subimos por un sendero en el bosque entre plantas de cacao, café, bambú y muchos árboles hasta llegar a la casa central, donde varios voluntarios preparaban la comida.
Nos recibió Christopher, un gringo de unos 45 años, dueño de la granja.
Luego de la deliciosa comida preparada con muchas de las plantas del lugar, nos acomodamos en nuestra rústica pero simpática cabaña de madera con su imprescindible mosquitero en la cama.
La experiencia
Durante los días que pasamos en el MMRF, compartimos muy lindos momentos con el fundador Chris y su compañera Celeni, los coordinadores del programa: Britany y Kerem, un par de trabajadores del lugar y con otros voluntarios de varias partes del mundo.
Algunas de las tareas fueron plantar piñas y plátanos en curvas a nivel, cosechar una planta silvestre para los cerdos, cosechar y abrir cocos y sembrar algunos almácigos de hortalizas. Mucho tiempo lo pasamos en la cocina, preparando la comida para todos, haciendo leche y aceite de coco, moliendo cacao, etc. También pasamos largo rato sin hacer mucho más que compartir pláticas e intercambiar experiencias. Fue muy interesante la visita guiada por la granja y la plática de sistemas agroforestales que Christopher nos dio. Él tiene muchos conocimientos y experiencia en sistemas tropicales como este. Los coordinadores estuvieron siempre dispuestos a ayudar y hacer nuestra estancia en el MMRF lo más feliz posible.
Si leer sobre trabajar te asusta un poco, tranquilo. Realmente no es mucho el tiempo que se dedica al trabajo y siempre en una onda muy relajada, sin exigencias. Los coordinadores siempre consultan acerca de lo que tienes ganas de hacer. Siempre hay espacio y tiempo para lo que quieras proponer como actividad y también para el ocio. La cocinada se divide entre los voluntarios y locales, por lo que te toca una vez cada 2 o 3 días (depende de la cantidad de voluntarios que haya). Es muy interesante esto porque utilizas materias primas “extrañas” que crecen en el lugar como chaya, yuca, malanga, espinaca malabar, agua de coco y cacao.
En el lugar también tienen gallinas, patos y cerdos. Puedes trabajar con ellos y aprender un poco de su manejo.
La regadera al aire libre estaba temporalmente deshabilitada porque se había roto la bomba de agua, por lo que para bañarnos íbamos al río. Al principio no nos gustó mucho la idea, pero luego disfrutábamos mucho de nadar cada tarde en las aguas del Río Grande.
En balsa a las ruinas de Lubaantún
Una experiencia muy linda fue la de construir una balsa con bambú que crece en la granja. Empezamos cosechando y cortando el bambú y luego armamos la balsa con alambre. Al día siguiente, el grupo completo nos fuimos río abajo en la balsa y llantas (tubbing) hasta la zona arqueológica maya de Lubaantún.
Nos divertimos mucho nadando en el río, intentando dirigir la balsa de bambú y compartiendo la visita a las ruinas con lunch incluido. Lubaantún significa piedras que caen en lengua maya y la ciudad tuvo su apogeo en el 800 d.c. La zona arqueológica no es muy grande, pero llama la atención que las construcciones están hechas con piedras perfectamente rectangulares, como ladrillos. Si vas al MMRF, es un lindo paseo para hacer, aunque no creo que se justifique ir exclusivamente a estas ruinas. De regreso dimos una vuelta por el pueblo de San Pedro Columbia, una aldea maya con sus tradicionales palapas y las gallinas dando vueltas por ahí. Conocer esta pequeña comunidad tradicional y totalmente alejada del turismo es una razón más para visitar el MMRF. Tomamos una cerveza en un bar del pueblo y tras platicar un rato regresamos caminando por el bosque. ¡Un día inolvidable!
La experiencia en el MMRF fue muy buena. Siempre nos sentimos bienvenidos y muy cómodos. Vivir unos días en este paraíso tropical comestible fue hermoso, aunque también un poco agotador por el calor, la humedad y los insectos. Si no te gustan los insectos ¡este lugar no es para ti! Los mosquitos y hormigas abundan y también hay arañas, alacranes y bichos que nunca antes viste. Llévense repelente natural, pantalones largos (a pesar del calor) y camisetas de manga larga. Recomendamos muchísimo unos días en este lugar, una experiencia diferente y absolutamente llenadora. Por la dificultad para llegar y el tiempo que lleva el encontrarte realmente con este increíble sitio, te sugerimos pasar al menos 4 días allí (idealmente más de una semana). Es imprescindible que te contactes por teléfono o e-mail con el MMRF antes de ir y arregles tu estadía previamente, aunque estando allá puedes modificarla (seguro querrás alargarla).
Si quieres leer una reseña un poco más técnica sobre el manejo permacultural de este lugar y nuestras experiencias puedes hacerlo en www.caminosostenible.org
Gracias Chris por crear este hermoso espacio. Gracias Celeni por compartir tus deliciosas recetas. Gracias Britany y Kerem por la buena onda para que todos estemos felices. Gracias Tocayo (Alejandro) por abrirte con nosotros. Gracias Cynthia por mostrarnos tu proyecto en Perú. Gracias Eric y Jamie por la diversión y alegría. Gracias Aliyah por el Yoga. Gracias Erminio y la banda de trabajadores de la granja por enseñarnos lo que saben.
Algunos Datos
Maya Mountain Research Farm
www.mmrfbz.org
Es necesario combinar previamente tu visita por teléfono o correo electrónico.
Ruinas de Lubaantún
Horario: 8 a 17hrs.
Entrada $10 BZ
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Saludos desde México!(:
Me interesa muchísimo contactar a alguien de este proyecto, no tengo experiencia viajando, pero se adquiere empezando a viajar, hace unos años he pensado en la forma en la que estamos viviendo, quisiera cambiar un poco el mundo y mi vida a través de este proyecto, aprender a convivir con la Tierra como lo que es -nuestro hogar- y ¿pues por qué no dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos?
Además, el ser humano sedentario es mas bien flojo y no explota sus capacidades ni sus habilidades mentales ni físicas, y se convierte en algo muy aburrido. Así que, cualquier persona que pueda orientarme les dejo mi mail,
beware.ofthekatto @ hotmail.com
Gracias y felicidades por el proyecto!!